En el Bosque, Bajo los Cerezos en Flor




Título: En el Bosque, Bajo los Cerezos en Flor
Autor: Sakaguchi Ango
Género: Terror
Nº de Páginas:152





«En el bosque, bajo los cerezos en flor», puede y debe considerarse, sin duda alguna, una obra maestra del fantástico más grotesco, inquietante y poético. Jesús Palacios
Un despiadado ladrón se ha instalado en las montañas y aterroriza a los viajeros que osan cruzar el solitario paso de Suzuka, un camino poco frecuentado que atraviesa un misterioso bosque de cerezos. Un día, en una de sus habituales fechorías, el ladrón cae rendido ante la arrebatadora belleza de una enigmática mujer y decide llevársela consigo para convertirla en su esposa. Subyugado por su hermosura, el bandido se desvivirá por colmarla de oro y joyas y accederá a trasladarse con ella a la capital. Una vez allí, el deseo irrefrenable de la caprichosa mujer lo sumirá en una vorágine de muerte y locura que solo podrá llegar a su fin de una única forma.
«En el bosque, bajo los cerezos en flor» es la esencia misma del relato fantástico y de horror, aquel que se basa tanto en lo contado como en lo que no se cuenta y donde el verdadero miedo yace en la naturaleza misma de la vida y sus preguntas sin respuesta.
Incluye también «La princesa Yonaga y Mimio» y «El Gran Consejero Murakami» otros dos relatos de Ango Sakaguchi protagonizados por mujeres fatales en los que la belleza se torna en perversión y el deseo, en violencia.



Como podréis comprobar, me ha dado por la literatura de terror. En esta reseña traigo En el Bosque, Bajo los Cerezos en Flor, de Sakaguchi Ango(apellido primero, nombre después). No es lo primero que traigo de terror japonés como visteis en Uzumaki, pero si que es lo priero que es literatura de terror japonesa.

Antes de empezar la reseña voy a hablar un poco de las diferencias entre el terror occidental y el oriental. Desde que la humanidad empezó a contar historias han existido las de terror, inspiradas en los sucesos del día a día como la muerte, la tristeza o aquellos fenómenos que no podían explicar. Esto derivó en otras diversas formas como la literatura, los juegos y las películas, entre otras muchas.
Japón por supuesto desarrolló su propia tradición de historias de terror, independientes del resto del mundo. Algo interesante sobre el horror japonés, es que a pesar de su enlace con su folclore y cultura popular, ha alcanzado gran popularidad en el exterior del país, sobre todo en el cine.
Películas como Ringu, Ju-On, Dark Water y otras han sido responsables del amor por el cine de terror japonés fuera de ese país.

Las historias de terror japonés dan una sensación de ser extrañas y horripilantes. Esto se debe a la construcción que presentan, desde la estructura hasta los temas y los motivos, son una parte integra y única que crea estas sensaciones.
Yo creo que lo más importante para causar este efecto es la estructura de la historia, que es distinta de la que usamos en occidente y que causa esta resonancia que tanto ha apasionado a la gente fuera de su país de origen.

Vamos a hablar un poco de la estructura de la trama.
En las historias de occidente, la trama se sigue el objetivo del protagonista a lo largo de la historia. La historia se separa en pequeñas partes, como episodios o capítulos, que introducen sub-objetivos que el protagonista tiene que cumplir para alcanzar su objetivo principal. Un ejemplo sería: Fulanito quiere ir a comprar queso rallado para hacerse una pizza(Trama). Cuando va por el camino se le cae la cartera(Subtrama) y tiene que ir a encontrarla pero le persigue un perro y tiene que subir a un árbol para escapar. Fulanito escapa, encuentra la cartera y compra el queso.
Aquí tenemos un objetivo principal con diversos sub-objetivos que han de ser resueltos para que cumpla el principal.

Las estructuras de las historias japonesas son guiadas por una serie de acciones y reacciones que guían al personaje a una resolución que es significativa respecto a un tema concreto. Estas estructuras hacen uso de la casualidad más que del conflicto como vehículo para llegar a un fin. Todo esto se mueve en base a las acciones de un personaje cuyas motivaciones son irrelevantes en la mayoría de los casos.
Estos tipos de historia suelen seguir dos caminos: una estructura simple de acción y reacción, o una estructura compleja. En la simple las acciones del protagonista y las reacciones que recibe llegan a una conclusión que puede o no tener que ver con los objetivos del prota. En las complejas si que entran en juego los objetivos de los personajes. Pero no son los del protagonista los que conducen la historia, son los del antagonista.


Con esta "introducción" terminada, paso a hablar de los relatos que componen la obra.
Estos tres relatos tienen un elemento en común: una mujer que manipula a un hombre haciendo que haga lo que ella desea. Con esto se le dan la vuelta a las relaciones tradicionales entre hombre y mujer, colocando a esta en un papel dominante y con un rol negativo. Las acciones emprendidas por la figura femenina acaban por hacer que el hombre sufra una transformación moral e incluso física que los deteriora hasta niveles profundos. Esto la verdad es que me ha enganchado desde el principio, pues no había leído nada parecido en mucho tiempo, si es que lo he llegado a leer.

Otro elemento importante es el ambiente rural en el que transcurren los tres relatos, utilizando montes o pequeños pueblos como lugar de desarrollo de la trama y la naturaleza como recurso estilístico y simbólico.

Pasemos a hablar de los personajes en general pues hay algo que me ha encantado. Sakaguchi plantea unos protagonistas masculinos con los que normalmente no sería fácil sentir empatía. Pero en los relatos consigue alcanzar una complicidad entre lector y protagonista, que permiten la existencia de esa empatía deseada. Con esto llegamos a sentir casi en propias carnes los dolores y traumas sufridos por los pobres desgraciados que protagonizan los relatos. Esto imagino que se debe a que no conseguimos comprender ese nivel de crueldad que vemos aquí plasmado. La manera en que Sakaguchi describe estos eventos me ha sorprendido mucho ya que no me esperaba encontrar algo así.
Dicho esto seguimos con cada uno de los relatos:


En el Bosque, Bajo los Cerezos en Flor.

Este es el relato que le da título al libro. La trama habla de un ladrón que ataca a quienes pasan por un camino poco transitado, llamado Suzuka, que atraviesa un bosque de cerezos. Este ladrón acostumbra a matar o espantar a aquellos hombres que son acompañados por una mujeres, a quienes se lleva para convertilas en sus esposas. Un día, siguiendo sus fechorías habituales, se encuentra con una mujer de belleza singular y decide llevarsela. Esta fémina lo subyuga y hace que la lleve a la capital, donde debe seguir los caprichos de esta mujer en una espiral de muerte.

En este relato tenemos ese terror sutil que caracteriza a los japoneses. Pese a que en el resumen parezca que el terror se origina de la mujer, no es así. Todo viene del bosque de cerezos, que causa al protagonista un terror incontrolable que hace que salga huyendo cada vez que entra en él. El relato comienza con la descripción de este bosque y qué ocurre allí.

Me ha gustado mucho por la unión de la naturaleza con el hombre, que Sakaguchi describe de manera soberbia. Además los detalles tan grotescos y la facilidad que tiene el autor para describirlos y usarlos también a ayudado a que este relato me guste y me anime a leer los dos que le seguían.


La Princesa Yonaga y Mimio.

Este relato trata sobre un aprendiz de escultor ególatra quien es recomendado por su maestro para hacer un trabajo en su lugar. Esto lo lleva hasta la casa de un Señor quien le encarga junto a otros dos carpinteros que hagan un Buda para su hija. El trato que recibe de la Princesa hace que Mimio decida actuar de una manera determinada y que no voy a mencionar para no hacer spoilers.

Este relato tiene el terror sutil que comparte con los otros dos, mezclado con el tema de la divinidad y las maldiciones en el folclore japonés. Me gusta mucho cómo Sakaguchi se mete en este tema, sin dar explicaciones innecesarias y tocandolo de forma ligera para que no tenga una importancia demasiado grande en la historia pues él quiere que vaya por otro camino.

Además de lo dicho antes, las escenas sádicas y bastante gores, junto con el tema de "la sonrisa" y de "las serpientes" me han hecho enamorarme de este relato. La pega que tengo es el final, que pudiendo ser bastante mejor, se torna muy agridulce para mi gusto.


El Gran Consejero Murakami.

Este es el último relato y el más simplón. También es el único que no me ha gustado demasiado. Creo que esto es por el nivel que establecen los anteriores y que este no es capaz de alcanzar.

La trama va sobre un gran consejero del emperador, que a sus 50 años es gordo, muy rico y un salido en toda regla. Un día encuentra un objeto sagrado de la Princesa Luna, que usa para chantajear a una de las doncellas de dicha princesa. El consejero que creía que esto le iba a dar felicidad causa su propia desgracia...

Los personajes en este relato son bastante sencillos pero se nota el trabajo que se ha puesto en ellos, así que consiguen destacar a pesar de todo.

Es un cuento bastante más tradicional que los anteriores. En este desaparecen casi por completo los elementos macabros, pero continúa con esa crueldad que caracteriza a los tres relatos. Aquí somos atrapados en una espiral de perversión, crueldad y deseo que da muy buenos resultados.


Con esto termina la reseña de hoy. Puede que las próximas entradas sean de más terror japonés, pero no prometo nada.

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